Ser peruano y feliz es, sin más, una contradicción.
Antonio Cisneros, el "Oso hormiguero" nos deja en claro la imposibilidad de conjugar nuestra nacionalidad con el más buscado de los sentimientos.
jueves, 29 de enero de 2009
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4 comentarios:
osea que mientras mas pronto asumamos que por ser peruanos estamos condenados a una suerte de eterna infelicidad, tanto mejor no?
Claro, aunque a mi me cuesta asumir lo de peruano, lo otro ya lo asumí jojo.
Cuando Vargas Llosa se volvió español, habrá dejado de ser infeliz?
jajajajaa
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